jueves, 17 de julio de 2008

Aaron Copland: Cómo escuchar la música 3


Terminé con el libro de Copland: ‘Cómo escuchar la música’, del que ya antes comenté la introducción. Es un libro muy didáctico y muy claro. Resolvió muchas dudas acerca de ciertas ‘tecnicidades’ musicales que me hacían falta conocer. A su vez es un libro con el que se puede polemizar, hay muchos puntos de vista expuestos por Copland que invitan a reflexión y a crítica. Digamos que el propósito principal es darle una lección al ‘oyente lego’ para que esté mejor preparado para escuchar la música. Es decir, para que se haga más conciente y despierto frente a ella y no se limite a simplemente bañarse emocionalmente cada que la escucha, sino que le sume un factor más intelectual a su experiencia estética.

Por momentos resulta incómoda la actitud con la que escribe Copland, basta con notar cómo de cuando en cuando, llama ‘oyentes legos’ a los que él no considera lo suficientemente preparados para escuchar plenamente la música. Y mejor ni comentar su alusión a los ‘sordos musicales’, quienes ya no tienen salvación. Así mismo Copland se siente con demasiada autoridad para mi gusto para decir qué compositor es más grande que otro, como si se tratara de verdades que todos asumen sin discusión.

Me gustó bastante el análisis que hizo del proceso de composición en el capítulo tercero. Distingue entre cuatro tipos de compositores. Primero muestra al ‘compositor de inspiración espontánea’, que es tal como él dice, el tipo de compositor que ha resultado ser el prototipo para la gente, que al imaginar a un compositor piensa en un tipo totalmente fuera de sí mientras escribe su música. Las musas llegaron a él! Quién sabe de dónde. Este compositor por lo general produce obras muy concisas, muy inspiradas, muy hermosas, muy simples; su genialidad reside en un talento casi siempre inigualable e inexplicable. Luego muestra al ‘compositor constructivo’, que es representado por Beethoven, siendo este el tipo de compositor que yo más aprecio (probablemente porque este tipo de compositor sea el que pretendo ser al no poseer talento espontáneo como otros), y en el que Copland se basa para la exposición de todo su libro. Este es un compositor que no tiene arranques de inspiración para crear obras completas en la combi, en el parque, en el baño, o donde sea que esté. Este compositor trabaja su obra día tras día a partir de un germen. Ni hablar, con Beethoven la cosa queda perfectamente ejemplificada. Los dos últimos son el ‘compositor tradicionalista’ y el ‘compositor explorador’. El primero magnifica la tradición musical que le precede y el segundo busca revolucionarlo todo.

A partir del capítulo cuarto la exposición es súper didáctica. Cualquiera que quiera introducirse en teoría musical debería pasar por estas secciones. Ya tengo en la mira otro libro de Copland titulado ‘Copland habla sobre música’, ya veremos qué ofrece en aquel.

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