sábado, 19 de julio de 2008

Música y significado

Copland se pregunta: ¿tiene significado la música? ¿Quieren decir algo los sonidos, las notas, los ritmos? Y se responde: Sí.

Yo respondo: Sí, tienen un significado que le ha querido proporcionar el autor. Pero más allá de eso tienen muchos posibles significados. La música (y todo el arte) es una potencialidad de significados que no tienen porqué ser justificados con argumentos. Basta con que cada oyente se justifique (no necesariamente de un modo intelectual o reflexivo) a sí mismo el significado, que pasa en él de potencialidad a acto, es decir a emoción, a vivenvia. El significado puede referirse a un esquema conceptual, así como a una relación totalmente orgánica o impulsiva con los sonidos. La justificación que uno mismo tiene de la música no tiene porqué ser racional, puede ser una justificación totalmente emocional (por ejemplo si a una mujer le dice su enamorado que le dedica una canción, entonces el significado que para ella surgirá en los sonidos de la canción tendrá una justificación totalmente emocional. Aclarando, sobre todo en este caso, que no es que les proporcionemos a los sonidos una significación, sino que los sonidos mismos, en tanto que los escuchamos, ya son la significación.) Basta con que la justificación sea auténtica. Autenticidad que se palpa muy fácilmente; notamos pues, cuando alguien pretende imitar, actuar, fingir pasión por la música.

No queriendo decir con esto que cada uno tiene el significado que le da la gana. Aplicamos el mismo principio del pragmatismo de James cuando se refiere a la verdad: las descripciones no aparecen ajenas a la realidad, aquellas se ajustan a ella. Del mismo modo, los significados que damos se ajustan (repito, no solo racionalmente, y no estrictamente) al significado que el autor ha intentado proporcionarle a su obra.

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