Marvin Pontiac. Qué se puede decir…La palabra ‘leyenda’ tiene un par de acepciones.
Por un lado, se califica como leyenda a algo que evidentemente no existe, pero que sin embargo posee una mística que hace a muchos creer que hay algo de mágico y encantador en lo que la leyenda cuenta. Este sentido de leyenda tiene por ejemplo el relato de Huandoy, la hija del Sol que fue condenada a llorar su amor por el joven mortal Huascarán, formándose de tales lágrimas la laguna Llanganúco.
Por otro lado, se califica como leyenda a personas que tienen una significación sobresaliente en la historia, personas que han marcado al tiempo con su vida, su obra y su influencia. Leyenda en este sentido es Beethoven; o Nick Drake; o el Gato Alquinta.
Bueno pues, Marvin Pontiac es una leyenda, eso es lo único seguro que se puede decir de él. Ya depende de cada uno el sentido que le quiera dar a la palabra leyenda para referirse a Pontiac.
Los relatos de su vida dicen que nació en Detroit en 1932, en donde estuvo hasta los dos años cuando su madre enloqueció y fue internada en un hospicio. Entonces su padre se lo llevó a su tierra natal, Malí. Volvió a Norteamérica a los 15 años para tocar blues en bares de Chicago. Se peleó a puñetazos con Little Walter y se fue a Texas, en donde fue plomero y ladrón de bancos. Tuvo un par de éxitos en los 50s, para luego dejar de grabar su música por muchos años, decepcionado por las compañías disqueras. En 1970 declaró en conferencia de prensa que había sido abducido por extraterrestres, los mismos que se llevaron a su madre para luego devolverla enloquecida. En 1972 fue internado en un hospicio tras haber sido visto por las calles desnudo y manejando bicicleta. Para 1977 escapa del hospicio y se va a Detroit, en donde muere arrollado por un ómnibus.¿Pero es esta historia una ‘leyenda’ o una ‘leyenda’? El disco ‘The Legendary Marvin Pontiac’s Greatest Hits’ fue editado por el productor John Lurie (creador de la banda ‘The Lounge Lizards’), quien dijo haber recuperado y recolectado las antiguas grabaciones de Pontiac. Sin embargo, se dice que Marvin Pontiac y su mítica vida son un invento de Lurie, que fue él mismo quien compuso el disco y lo grabó.
En el fondo creo que esta última es la verdad, aunque nadie tiene certeza total de ello pues Lurie nunca quiso dar declaraciones claras sobre el verdadero sentido en el que Pontiac era una leyenda. Pero eso ya no importa, Marvin Pontiac es una leyenda, en alguna de las dos acepciones o en las dos a la vez. Yo escucho este disco como si escuchara a un hombre al que se lo llevaron los extraterrestres, y que manejaba bicicleta desnudo, y que murió atropellado por un ómnibus. No lo escucho como si escuchara al alter ego de John Lurie, porque además él no lo quería así, él quería que Pontiac viva, nunca lo delató. Quiero magia, y el Marvin Pontiac existente, genio, loco, precursor, me proporciona magia.
En todo caso, al tomar el disco como una producción entera de John Lurie, tendríamos que considerarlo como un maravilloso disco concepto, una obra maestra. Definitivamente uno de los discos conceptos más grandes de la historia. Un disco que pide que sea apreciado en su concepto de pertenecer a un norteamericano con raíces africanas (o un africano nacido en Norteamérica).
En todo caso, lo primero que voy a hacer apenas tenga en mi poder a la máquina del tiempo, va a ser viajar a 1970 a buscar a Pontiac tocando con su guitarra acústica canciones para los extraterrestres que enloquecieron a su madre, acompañado de su único amigo: Roger Marris, su vecino ciego que grababa a escondidas la música de la ‘leyenda’.




Esta podría ser considerada una película romántica, sin embargo no considero que sea el amor el que mueve la relación de la pareja. Es mas bien la conversación la que toma el papel del motor de la relación. Aunque sería incorrecto decir que la conversación puede ser tomada en algún momento como ajena a la conexión romántica (¿‘romántica’?, ¿qué demonios?) que se va dando entre los personajes, aquella está muy bien posada sobre el contexto de la entrega a un sentimiento que presenciamos nacer en ambos jóvenes con cada minuto que pasa.
Suele ser una regla general que alrededor de los 20 minutos todas las películas den un giro, tengan un vuelco en la historia. Eso no pasa acá, desde que se conocen hablan y hablan de temas arbitrarios, y nunca paran. No hay un punto de quiebre fijo porque la relación que se quiere mostrar no necesita ningún punto de quiebre, esta navega tranquilamente sin necesidad de hacer algún giro brusco. Esta es una relación única, no es la relación mil y un veces vista en las denominadas ‘comedias-románticas’. Por el contrario en ‘Antes del amanecer’ no hay llantos, ni besuqueos asquerosos, ni caídas torpes en la boda, ni suegros molestosos. Sólo están los dos, el diálogo y una Viena que también vive la relación. Y eso basta y sobra.



Obviamente un personaje tan bien construido tiene detrás a Heath Ledger, que se luce con una actuación sobresaliente. Talvez me influya cierta nostalgia (estoy seguro que no es la palabra adecuada) de saberlo ya muerto (cosa que considero inevitable tener en cuenta, quien lo niegue rotundamente es un ingenuo o un husserliano en plena epojé), pero realmente considero que esta actuación hubiera llevado a Ledger a otro nivel.
El festival inicia el 7 de agosto, la programación se suelta el 23 de julio. Esperamos que el nivel de este año mejore mucho, porque en un país como el nuestro ese festival es un oasis en el desierto. Por lo menos su presencia debemos agradecer.




