jueves, 22 de enero de 2009

Bailar con la ciencia, aprender con el arte


En el aforismo 194 de Cultura y Valor de Wittgenstein se lee:

“Los hombres de hoy creen que los científicos están ahí para enseñarnos, los poetas y los músicos para alegrarnos. Que estos tengan algo que enseñarles es algo que no se les ocurre.”

Ok, acordamos en que la poesía y la música (el arte en general) pueden enseñarnos algo tan valioso como lo que nos enseña la ciencia, sin embargo aquí no se trata de tirarse abajo a un extremo para poner en el altar al otro. Lo que quiero decir es que sacudirnos de la actitud tradicional dogmática no implica sólo darnos cuenta de que el arte también nos enseña y no sólo nos alegra, sino que además de ello hay que darnos cuenta de que la ciencia tampoco puede solamente enseñarnos algo, sino que también puede alegrarnos. No se trata de restringir la admiración a un aspecto para valorar el aprendizaje en los dos, se trata de saber apreciar el pluralismo de posibilidades en ambos aspectos.

Esto parece ser muy bien entendido por Wittgenstein en el aforismo 230:

“El matemático (Pascal) que admira la belleza de un teorema en la teoría de los números, admira, por así decirlo, una belleza natural. Es maravilloso -dice- que los números tengan propiedades tan hermosas. Es como si admirara la regularidad de una especie de cristal.”

Acá Wittgenstein aprecia cómo es que se puede dar lugar a una admiración matemática o científica; no es la exactitud o el análisis lo que se tendría que hacer a un lado, sino mas bien la actitud dogmática que se considera privilegiada y que no da lugar a otras posibilidades, sea donde sea que ella se encuentre (¿no puede encontrarse en el arte acaso?). ¿Porqué no pensar en que el científico o el matemático puede asombrarse con tanta profundidad como lo hace el artista? Son simplemente dos tipos diferentes de asombro, de estética, de ‘mirada del milagro’ como podría decir Wittgenstein. Esto es algo que parece ser tomado en cuenta por él más de una vez, pero lamentablemente, creo que la mayoría de veces es algo que olvida…

2 comentarios:

Schizoidman dijo...

einstein y darío son totalmente seres distintos, a excepción de que la pasión con la que vivieron fue determinante en lo que llegaron a ser y hacer.
"Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber" - Einstein; donde estudiar no es solo matemática o física, sino naturaleza, música, cine, etc.

R.M.O. dijo...

no conosco a darío, pero einstein es un caso especialísimo en la ciencia. quién se va a atrever a acusarlo a él de ser un "frío" científico. lastima q pocos siguen su ejemplo.