miércoles, 14 de enero de 2009

Ayax

Soothsayer no existe más. Aquel ha evolucionado y bien ha dicho Wittgenstein que “los grandes maestros que conocemos tan bien llevan justo los nombres que corresponden a su obra” (Cultura y Valor, Aforismo 131), por lo tanto a partir de hoy soy bautizado por la santísima y surrealísima trinidad de conejos que protege este blog como Ayax.

“Así partió el monstruoso Ayax, baluarte de los aqueos, sonriendo con feroz rostro…” (Ilíada, Canto VII, 211-212)

1 comentario:

Schizoidman dijo...

Ayax tenía piernas.