sábado, 6 de diciembre de 2008

Donayre y el antichilenismo


Otra vez, llego tarde a la fiesta.

1. Se generó una polémica por los comentarios que salieron a la luz del hoy ex-comandante general de las fuerzas armadas peruanas. Nadie (a excepción de los imbéciles) discute lo desatinadas que fueron las palabras de Donayre, y aun así, casi todos intentan buscarles excusas.

2. Diversas personas (incluidos el propio Donayre y Alan García) han optado por decir que los comentarios no fueron oficiales, que fueron dichos varios meses atrás y que el contexto era privado. Esto es cierto, sin embargo no se excusa con ello el preocupante hecho de que una persona con un cargo tan elevado en el Perú falte tan profundamente el respeto, en cualquier contexto, a los chilenos. El problema con las declaraciones no es de índole político o militar, es de índole ético. Las disculpas a los chilenos y la total desautorización de tales palabras era algo a lo que obligaba la ética y no los protocolos. Buscarles excusas a las palabras de Donayre no tiene ningún sentido, pues se estaría justificando a la estupidez y a la xenofobia si es que no se dan en un contexto problemático. Sería tan ridículo como decirle a tu niño que no debe ser racista, pero que sin embargo no debe juntarse con los negros. Lo importante acá no era cómo ni cuántas veces se tenía uno que disculpar con las 'autoridades' chilenas, lo importante era rechazar la actitud xenofóbica, sea cual sea el contexto en que ella se de.

3. El problema ‘protocolar’ debió haber terminado con las disculpas y aclaraciones inmediatas que se le brindó a la presidenta chilena. Sin embargo el asunto creció. ¿Por qué? Porque Alan, al llamar a la presidenta chilena y mencionarle el pronto retiro de Donayre, mintió. Resulta clarísimo que Alan menciona el retiro de Donayre sabiendo que no decía toda la verdad. Alan dijo que el comandante pasaba al retiro, pero no dijo (al menos no claramente) que se trataba del término de un mandato y no de una consecuencia de las desatinadas palabras. Obviamente Alan no aclaró lo suficiente la situación para que la presidenta se sienta tranquila y no se arme el alboroto. Con esto se generó un doble efecto. Por un lado, se provocó en los chilenos la sensación de que en el Perú este había sido un asunto de gran importancia, tan importante que había causado el retiro de un comandante general. Sin embargo en el Perú todos se mataban por aclarar que el asunto no debería tener mayor alcance y que había de ser superado rápidamente, cuando el presidente García ya había vendido la imagen totalmente opuesta en la ‘verdad a medias’ que le contó a la presidenta Bachelet. Por otro lado, se provoca que los chilenos, al enterarse de la verdadera situación, se sientan no sólo ofendidos, sino luego engañados, y le den importancia política y protocolar al tema, dejando de lado la preocupación ética. La mentira de Alan provoca que todo se salga de su proporción.

4. Luego de esto, no ayuda la estupidez de Donayre, que comienza a dar comentarios totalmente fuera de lugar, en los que justifica sus palabras en el video diciendo que habló como soldado peruano. Esta declaración de Donayre invalida toda excusa que dice que los comentarios fueron privados y que no tienen ningún carácter público por lo que carecen de importancia. Ahora Donayre justifica sus declaraciones ‘privadas’ con declaraciones ‘públicas’, dándole a las primeras validez pública.

5. Probablemente, los afectados más concretamente con esta situación sean los peruanos que viven en Chile, quienes tienen que soportar, tras la estupidez de un general, la estupidez de algunos chilenos que demuestran una actitud xenofóbica muy poco concordante con la tan rica cultura a la que ellos pertenecen.

6. La xenofobia de Donayre no es justificable en ningún sentido. Las disculpas públicas y contundentes debieron haber sido inmediatas. La salida del comandante resultaba una opción muy radical, sin embargo es una opción que Alan, con su mentira, le permitió tener a los chilenos. Debió haber desautorización inmediata de las palabras del comandante, por cuestión de ética. Ética no sólo con los chilenos, sino con los peruanos mismos, intentando promover una actitud abierta y amical hacia quienes son talvez los ‘diferentes’ más rechazados en nuestra maleducadísima sociedad.

2 comentarios:

Schizoidman dijo...

Tienes razón, sin embargo, la intromisión de chile al querer mandar en nuestro país segun dijo el canciller, "se solicita al gobierno la inmediata destitución, caso contrario Chile dejaría bien en claro su posición". Creo que tanto en Chile como en Perú estos comentarios se hacen y no sólo por generales sino por ciudadanos. La reacción de Chile tampoco fue la más apropiada.

R.M.O. dijo...

Acuerdo contigo. Veía hace un rato un reportaje sobre el tema y me pareció muy acertada la posición de Farid Kahhat. Decía él que la exigencia del canciller chileno fue, más que un sincero pedido al Perú, un discurso interno y destinado a la aceptación popular (probablemente por el ambiente electoral que se vive por allá), ya que era bien sabido que ante una presión así la reacción del presidente peruano iba a ser la del rechazo. Por otro lado Kahhat apuntó dos cosas más que van en contra de la excusa que dice que las declaraciones de Donayre fueron privadas y por lo tanto carecen de importancia. Según Kahhat tal excusa no cabe pues las declaraciones fueron hechas en una ceremonia en la que se estaba usando el uniforme oficial frente a otras autoridades uniformadas, y además las palabras de Donayre hablan de una 'directiva' que se ha señalado, lo cual resulta una acción oficial del comandante general. Además, el reportaje me confirmó la difícil situación en la que han caído los peruanos que viven allá (ya estando antes en una situación bastante difícil). Felizmente también me reconfortó la actitud de algunos chilenos entrevistados. Cito a uno de ellos (de no más de unos 16 o 17 años) al ser consultado por los peruanos que prácticamente se han adueñado de una calle, en la que se sientan a esperar algún trabajo: "Porqué me van a molestar... que se sienten donde quieran, el mundo es de todos, qué interesan las fronteras..." A pesar que rechazo lo que han hecho los peruanos con esa calle, me parece que la ACTITUD de apretura del joven chileno es muy resaltante.