La primera es una especie de introducción a la situación. Se titula ‘8 minutos de luz’.
8 minutos de luz
La segunda tiene como protagonista a un sujeto que intenta sobrellevar la desesperación y la locura, causadas por la certeza de que va a morir, jugando con su perro. Como que intenta robarle un poco de felicidad y tranquilidad al perro, que no tiene idea de lo que ocurre con el sol. La canción intenta encarnar la psicología del sujeto de afuera para adentro. Primero presenciamos la calma superficial que surge en el juego con el perro. Luego vamos profundizando en la locura y desesperación que se esconde por dentro del sujeto. Y por último llegamos a la rabia e impotencia, que es a la vez auto-destrucción interna, por la incomprensión de la situación. A ver si algo de esto salió bien. Se titula ‘8 minutos jugando’. (Advierto que la calidad de sonido es bastante mala, hice todo lo que pude con la grabación amateur que hago en mi casa.)
8 minutos jugando
Un PSEUDO-poema que se inspiró de esta canción:
Pequeño abanico soplando al incendio. Será suficiente.
Incendio que nutre a este preso.
El preso violenta su celda; se estrella en la estrella.
No es momento de llorar.
¡Apágate!
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